Oración de consagración al apostolado
Esta oración procede del Movimiento en Estados Unidos y fue compuesta por su segundo Coordinador Nacional, el difunto Anthony Mullen.
Consagración del Apostolado de la Llama de Amor al Corazón Inmaculado de María
Señora del Monte Carmelo, Reina del Cielo y de la tierra, y Madre nuestra, por medio de la cual Dios Todopoderoso se ha complacido en extender a la humanidad la más poderosa efusión de gracias desde que el Verbo se hizo Carne, consagramos a tu Corazón Inmaculado, por completo y para siempre, el apostolado de la Llama de Amor, formado para ayudarte a salvar a tus hijos, acelerar tu Triunfo y acoger el Segundo Pentecostés del Espíritu Santo, difundiendo el efecto de gracia de tu Llama.
Te pedimos que nos guíes en éste, tu apostolado, para que nuestra planificación se ajuste a tus deseos y nuestros esfuerzos se realicen siempre en tu nombre, el Santo Nombre de María.
Permítenos crecer, bajo tu guía, para que el efecto de gracia de la Llama de Amor se extienda sobre toda la humanidad. Envía más sacerdotes, y fieles, que abracen tus esfuerzos, y ayuda a nuestro apostolado a expandirse por todo este país y más allá.
Cúbrenos con tu Escapulario de protección y tu manto de unidad, armonía y amor; mantennos impregnados de humildad para que no desfallezcamos. Fortalécenos contra los ataques del enemigo. Concédenos el deseo de participar en la actividad redentora de tu divino Hijo. Mantennos fuertes, activos y decididos; haz que nuestras inevitables frustraciones y fracasos nos hagan estar más decididos que nunca a proseguir nuestros esfuerzos, acrecentando tu gloria y, con ella, la gloria de Jesús, nuestro Salvador. No pedimos nada a cambio, sino el placer de servirte.
Fortalécenos en la oración y la contemplación para que nuestras acciones apostólicas se ajusten a tu voluntad y superen las expectativas.
Santísima Trinidad, aprueba nuestra consagración y, por María, nuestra Madre, haz que nuestro apostolado devuelva las ovejas perdidas a tu seno misericordioso por toda la eternidad. Amén.